jueves, noviembre 29, 2007

El Ovni de los Colby

Las clásicas telenovelas son un campo de abono idóneo para la expresión de “lo fantástico”. No sólo por el seguimiento de sus líneas argumentales que rozan lo surrealista sino por resoluciones de su trama en las que lo sobrenatural se introduce sin que apenas nos demos cuenta en nuestro universo de sobremesa.

Por ejemplo, no nos basta con ver a uno de los protagonistas morir debido a mordeduras de cocodrilos en zonas geográficas en las que no hay rastro de estos reptiles, no. Aceptamos volver a ver a un personaje que temporadas atrás estaba muerto sin hacernos demasiadas preguntas. ¿Muertos vivientes? Y no sólo eso, sino que un protagonista conocido, un amigo ya de la familia, un buen día se presenta con otra fisonomía muy distinta, digamos, con otro cuerpo, otro rostro, otra voz… y al cabo de unas horas aceptamos su mutación como lo más normal del mundo. Claro, si algunas viejas glorias de las que aparecen en la serie rejuvenecen un buen día una veintena de años, ¿porque no va a haber intercambio de cuerpos?

El ejemplo que me sirve para ilustrar esta divagación es el último episodio de “Los Colby”, spin-off de la famosa “Dinastía” que se introdujo en las pantallas entre el año 85 y el 87. Aunque la producción de Aaron Spelling aguantó dos temporadas, lo cierto es que los niveles de audiencia eran bajísimos y hacia el final de la serie decidieron ir al grano e ir quitándose personajes de encima de la mejor forma posible.

Y el gran acontecimiento sucede en el último episodio. Fallon Carrington Colby, interpretada por Emma Samms, conduce de noche por la carretera. Su vehículo deja de funcionar, la radio empieza a emitir sonidos distorsionados, el teléfono pierde la conexión… Ella sale del coche y ante su asombro un Ovni espectacular baja del cielo para llevársela a otros mundos, con un extraterrestre muy simpático que le hace señas desde el interior.

Así es la soap opera.

miércoles, noviembre 28, 2007

Lil' Markie. Diary of an Unborn Child


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Lost Driver

Uno, que es por lo general curioso, y más concretamente apasionado del sonido y sus múltiples facetas, no sólo como fenómeno físico o artístico sino también sociológico o cultural, no pudo dejar de asistir a una actividad celebrada en el auditorio del MACBA en el contexto de la onceava edición del festival de música experimental LEM, celebrado este octubre de 2007, como de costumbre, en el barcelonés barrio de Gracia.
La organización corría a cargo del colectivo Alku. Un cordial saludo para ellos.

Se trató de una conferencia que proponía, con el sugerente título de “Less-Lethal: Armes sòniques no letals”, ilustrar acerca de la manipulación del individuo ejercida por medios sonoros. Dado que mi interés en el tema había surgido, primero a través de las perversas reflexiones que presenta Genesis P. Orridge (miembro de la seminal banda de “música industrial para gente industrial” Throbbing Gristle) en su ensayo sobre el muzak como producto de consumo altamente dañino para la sociedad de masas, y más tarde gracias a experiencias cotidianas, esperaba encontrarme con una exposición del fenómeno en estos términos. Sin embargo, no se habló del uso maligno de mensajes subliminales insertados en los hilos musicales de los supermercados o de la relación intrínseca entre las producciones de discos de prístino sonido de mediados de los 70 y el auge del consumo de la heroína.

Las denominadas ‘armas no letales’ en su vertiente sonora, desempeñan su función estos días en las contiendas bélicas o como forma eficaz y atroz de tortura auditiva. El ‘arma sónica’ es arrojada en la zona de conflicto para menguar la capacidad del adversario. Algunos infernales disparadores de ultrasonidos son utilizados por los ejércitos, amparados bajo el poético epígrafe de ‘prototipos en fase experimental’.

No obstante, al igual que los populares ‘educational films’ diseñados para concienciar a la maleable juventud norteamericana de las décadas de los 50 y los 60 sobre una u otra pecaminosa actitud, los discos con ‘mensaje’-dejando de un lado la curiosa práctica del ‘back-masking’- fueron ya ‘armas sónicas’ de pleno derecho cuyo encanto reside en las retorcidas maniobras llevadas a cabo por los productores discográficos de la época. Es el caso de Lil’ Markie, cuyo tema llamado ‘Diary of an unborn child’(1980) es de escucha altamente recomendable para los amantes de las rarezas y todo arqueólogo musical que se precie.

Para empezar, hay que hablar del empleo de un formato tipo ‘spoken word’ combinado con un proceso de transformación de la voz humana en un tema destinado al público ‘mainstream’ y con carácter moralizante –en el terreno del ‘underground’ y lo experimental ya habían surgido varios pioneros de ello-. Una vocecilla dulce, a la vez que aterradora que representa a un feto, nos habla desde el interior del vientre de su madre. Nos es relatado, a modo de diario personal, la evolución de su gestación y sus primeros pensamientos entorno a sus progenitores en un tono tierno, próximo a lo lacrimógeno y que busca conmover al oyente. Un fondo de piano eléctrico edulcorado e idílico sirve de perfecto contrapunto al feliz acontecimiento. Poco a poco vislumbramos el inminente nacimiento hasta que de repente, el feto ‘escribe’ en su diario que su madre “lo ha asesinado”.

Tras el estupor inicial, lo que sigue deja bien atónito: la descripción se convierte entonces en un tema musical interpretado por este niño nonato en el que, atormentado no deja de preguntarse “¿por qué lo hiciste, mami?”.

La improbable cancioncilla finaliza, y con la sangre ya helada somos asaltados por una voz adulta, cristiana y recta, que cita pasajes bíblicos que versan sobre la matanza de los santos inocentes y su profundo significado en nuestra cristiana vida. En resumidas cuentas, nos hemos tragado un ‘single’ anti-aborto como si nada. Fascinante y perverso a partes iguales, nos hallamos frente a un material que destila crueldad y premeditación. Con todo, tengo que confesar que la complejidad de tal operación me induce a ver el asunto desde una óptica humorística no exenta de respeto. Dios nos habla en los vinilos: ¿no era la música pop un invento de Satanás?...

Escuchen:


lunes, noviembre 26, 2007

Carta Póstuma


Estimada Aura,

Me dirijo a usted teniéndola como brillante y gentil muchacha, y valiéndome de su aprecio para encomendarle una importuna tarea. Me preguntaba si podría publicar esta carta después de mi deceso, ya que usted y yo sabemos que ese mal menor puede acaecer en cualquiera de estos días que nos corren.

Porque anticipo yo, que muchos ante mi fallecimiento llevarán carteles con mi efigie recortada de algún periodicucho, y aún otros aprovecharán para vender sus pobres ideas usando mi nombre. Usted ya sabe como son estas cosas, doña Aura, que esperan a que muera uno para exhibirlo en su armario como si se tratase de un abrigo prestado. Como si yo pudiera transmutar sus aguas en vino, o poner huevos de oro. ¡Que escriban sobre sus abuelas! ¡o sobre sus reinas madres!, no de mí, que no me conocen. Y que no se concedan el privilegio de querer tutearme o de darme una importancia para la cual no he hecho méritos.

He trabajado. He conseguido que me dejaran escribir de vez en cuando, y aún hablar para las gradas. Pero que no me coloquen las barbas en sus tabernillas, que no me alaben de saetas. Sólo he sido lo que ve. El estudiante, el boticario, el joven militar y aún, alguna vez que otra, el cura.

Que no me manteen, doña Aura, que no me manteen. Que los cartones para tapices de Goya me quedan muy lejos. Y si me quieren dedicar algunas líneas y ponerse mi foto, que hablen al menos de aquel caballo

Con afecto,

Fernando Fernán Gómez.


viernes, noviembre 23, 2007

El Alboroto y el Éxtasis

Te espero como la colegiala que aguarda que le levanten el castigo. Ese acariciar el pelo y revolverlo cariñosamente. Te espero al final de la fila.

Los Brutos y los Locos ríen, danzan en el cementerio. Y yo imito sus voces para pedirte, vehemente. Concédeme el deseo, concédeme todas las gracias, para agasajarte.

Escribo en cualquier parte. Corriendo de una pared a otra con las letras de tu nombre apareciéndose ante mí. En los muros de la cripta redonda. En el tejado de la casa sin puertas ni ventanas. Mientras me dejen escribir.

Retumban los silencios. Tiembla la tierra cuando tus labios se posan en mi frente. Alzan el vuelo las golondrinas. Se oscurece el agua y cambia de sentido. Se revuelven tras las jaulas. Ábreles la puerta. Deja salir a las fieras.

He conocido el fuego. Y ahora no puedo vivir sin las llamas.

Píntalo todo de rojo.


miércoles, noviembre 21, 2007

Encuentro de los 3 Vivos y los 3 Muertos

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En el Medievo la Muerte, el terror por excelencia, se viste y sale a las calles, incluso habla con quienes se cruzan en su camino. La Muerte se personifica: se disfraza para parecerse a los mortales, y engañándolos, les muestra de pronto los horrores de la putrefacción de la carne. Todos se hacen iguales ante su baile, ante su carcajada escandalosa.

Como tema iconográfico en las artes figurativas, se desarrolla en múltiples variantes que recuerdan al hombre el final horrible que le espera y la caducidad de la juventud y de los placeres terrenales, pienso en el Triunfo de la Muerte, en las “Danzas Macabras”.

Pero hay una variante que me parece curiosa y de la que quizás se habla menos. Se incluiría también en la iconografía de la Muerte, y es el tema del “Encuentro de los tres vivos y de los tres muertos”, que aparece a partir de la segunda mitad del siglo XIII y se extiende aproximadamente hasta el siglo XV.

El tema representa a tres jóvenes durante una cacería que en el transcurso de su cabalgada se encuentran con tres muertos vivientes que les detienen para hacerles una admonición: “Esto que ahora somos lo seréis vosotros mañana”. El tema está extraído de una obra francesa del siglo XIII, “Dict des trois morts et des trois vifs” de Baudouin de Condé.

Todos somos así de guapos.

lunes, noviembre 19, 2007

La Corona Negra (1951)

Con esta frase de Jean Cocteau en los títulos de crédito se inicia esta película del realizador argentino Luis de Saslavsky, apuntando un par de ideas. En primer lugar, la presencia de Cocteau, quien escribió la historia adaptando una obra de Charles de Peyret-Chappuis (por cierto, Saslavsky contó también con la colaboración de Miguel Mihura para traducir los diálogos al castellano). Por otro lado, la introducción de las aves como leitmotiv de la obra: las aves carroñeras, pero también las palomas, que convergen ambas en la figura enigmática de la mujer de negro, María Félix o “María Bonita” como era también conocida la estrella mexicana.


La Corona Negra” es un drama basado en un misterio, y como tal, se inicia sumiendo al espectador en el desconcierto: imágenes de las dunas de un desierto, el rostro de María Félix (Mara) recortado contra el cielo, manos que surgen de la arena implorando a la protagonista… Todo un paisaje surrealista que se va a ir repitiendo a lo largo de la película en escenas de flashbacks o visiones oníricas.

La viuda negra… “esa mujer trae la muerte” dicen las cartas de la adivina, un cementerio, un crimen... Ideas esbozadas que vamos descubriendo al mismo tiempo que Mara, que padece amnesia y anda perdida por las calles de Tánger. Sus ojos extraviados buscan el olvido, la evasión de su propia identidad. Y el destino y sus aliados le tienden trampas por doquier.

La corona negra” desprende el perfume de Cocteau en cada escena: sus símbolos inmediatos, el baile con la muerte, cierta superstición romántica, y un exotismo de bambalinas. Los personajes son esculturas poseídas por pasiones impetuosas, los escenarios protagonistas de la tragedia y cada detalle se borda en espiral para acabar formando la efigie de la muerte. Como en las obras de Tennessee Williams se podría hablar de un gótico sentimental en toda creación tocada por la mano del mago francés.

La Corona Negra no es sólo el dedo que señala la carne que acaba de sucumbir, sino que es también el presagio de que la muerte anda cerca.

jueves, noviembre 15, 2007

Album Familiar

Portada de “El Padre Abraham y los Wuppies

¿De donde procede el miedo?

1. Esa sonrisa… sin lugar a dudas es la sonrisa de la venganza. Hecho éste que me hace preguntarme, ¿quiénes son en realidad los Wuppies?

2. La barba. ¿Qué lleva teñido el pelo o la barba? ¿Un postizo?

3. Es que en esta imagen todo son incógnitas, ¿por qué "padre" Abraham? ¿es el fundador de un nuevo credo? ¿los Wuppies no visten sombrero hongo?

Y sí, les conozco, sé que pese a todo quieren saber como suena el disco… y yo les consiento. (Que terrible verdad se esconde aquí: hay Pitufos en el interior de los Wuppies).


martes, noviembre 13, 2007

Gusto

Recibo carta con remite de mi querido Higronauta en la que me nomina (aplausos) a “Blog del día”. Entiendo que, dentro de esta cadena, debo listar siete de los blogs que disfruto habitualmente e insuflar un poco de ánimo a sus redactores, y, como es justo corresponder con bondad y reverencias a mis incondicionales, me he puesto a ello con amorosa diligencia.

Alimentar un blog y mantenerlo saludable es complejo. Muchos no entienden nada de lo que dices pero se obstinan en leerte, otros leen las dos primeras frases y ejerciendo de adivinos se permiten inventar el final de tu escrito y comentar en base a su ego (que son más de los que parecen), otros siguen tu blog porque lo han visto en alguna lista y pretenden que les gusta, aunque no saben porqué. Y por fin están quienes “leen”, quienes leen de verdad y se dejan leer. Estos son mis favoritos, aunque los otros me divierten de tanto en tanto.

Pues bien, como se trata de coronar cabezas, continúo listando mis elegidos:

Días del futuro pasado. El Brujo lleva conmigo casi desde que inicié este blog y es un acontecimiento diario entrar en su página y consultar sus artículos, siempre aderezados con su particular sentido del humor y protagonizados muy a menudo por mujeres singulares y mundos exóticos. Tras cada uno de sus escritos intuyo siempre una opción crítica y un modo muy marcado. Gracias por seguir aquí Brujo.

La Cinta De Moebius. Sigo esta página desde hace relativamente poco tiempo, pero sus reseñas cinematográficas y musicales tienen alma y se dejan leer sin convertirse ni mucho menos en un tostón. Además de su personal percepción de su cine favorito, el Crononauta suele acompañar los textos de anécdotas muy entretenidas.

El Diario Lírico de Nicho. Un señor que se hace llamar Nicho por fuerza me crea una identificación mental y afectiva. Pero no es sólo eso, es que además vive en el año 2067, escribe sobre cómo se corta las uñas, sobre Umbral o sobre su coche demodé saltando de un tema a otro con una soltura brutal. Siempre lírico.

Imbécil y Desnudo. Aunque me suele exasperar y encandilar a partes iguales es de justos incluirle porque le sigo fielmente y devoro sus frases en busca de aquella exaltación extraña que me deslumbre. Incluso, a veces, le comprendo más de lo que me gustaría y vislumbro pedazos de una tierra mítica en sus diversiones desordenadas.

El Gabinete del Dr. Zito. El Dr. Zito es un amor y todo el mundo debería leerle.

Mal. Sus dibujos me ponen los ojos como platos y sus refrescantes textos me hacen sonreír cada dos líneas. Un niño que dibuja y suelta verdades como quien explica un cuento. Además es alegre (los blogs de crítica por mucha sátira que fuercen me aburren soberanamente).

Ars Secreta. Lo he descubierto recientemente y ha resultado todo un hallazgo, como una fantasía hecha realidad: un blog que trata sobre ocultismo y simbología en el arte; tema que me obsesiona desde mi adolescencia. Comparto filias con el autor que, al parecer, también es historiador del arte.

Y... c’est Fini. Si desean continuar los festejos lo dejo de su mano (sonrisa).

lunes, noviembre 12, 2007

WHITE NOISE - An electric storm (Island, 1969)

Es Lunes, principio de semana, y aprovecho para introducirles un nuevo colaborador que, al igual que monsieur Kinky con su sección, emprenderá un análisis de algunos álbumes favoritos de la arqueología musical. No les puedo dar mejores referencias de Lost Driver diciéndoles que además de ser miembro de uno de mis grupos favoritos, compartimos gustos musicales casi en un 95%. Como un dúo de buscadores de sonidos oscuros, avanzamos por pasadizos subterráneos en busca de la melodía que nos alcance y nos cace con sus poderes nigromantes. No se trata de música, sino del hallazgo de tesoros: de monstruos que resuciten nuestros sentidos y los confundan unos con otros.

Dicho esto, les avanzo que cuando escuché por recomendación de Lost Driver “An Electric Stormlo primero que pensé es que me había equivocado, que el disco que tenía entre mis manos no podía ser aquel de 1969 del que me había hablado mio caro. Era imposible, aquellos sonidos… ¿de dónde salían?

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David Vorhaus, Delia Derbyshire y Brian Hodgson, fueron los responsables, casi sin saberlo, (cómo bien suele suceder en estos casos de músicas experimentales) de una obra clave para entender mucho acerca de la música de hoy en día. No solamente experimentaron, antes que muchos otros, con nuevas estructuras rítmicas, planos sonoros narrativos, instrumentos inexistentes creados a partir de cintas, (apenas usan un solo sinte, el EMS VCS3) sino que también introdujeron nuevos conceptos de lo que un álbum de psicodelia había sido hasta la fecha.

"An electric storm", hay que escucharlo básicamente con una mente lo más abierta posible y dejar el habitáculo donde nos hallemos para iniciar un auténtico viaje por el sonido, las texturas, las frases que llegan directamente a nuestro cerebro, y dejarse sorprender por algo que si todavía hoy nos parece novedoso y casi podría pasar por actual, imagínense en el 1969.

Me vienen a la memoria, por citar algunos ejemplos de los últimos tiempos, cosas de Broadcast, los Radiohead del “Kid A” y “Amnesiac”, e incluso sus coetáneos sixties The United States of America, sólo que White Noise es más un organismo que una banda. Y es que resulta difícil pensar en seres terrenales conforme se van sucediendo las diferentes melodías, abstracciones y, literalmente, sensaciones que desgrana este (injustamente) olvidado clásico.

Gracias a Víctor por descubrírmelos, y a estos días de reediciones en los que uno, si ata cabos, cae en la cuenta de que el reloj estaba pasando de nuevo por el mismo sitio.


DivShare File - White Noise.rar

viernes, noviembre 09, 2007

Historias de mi Vida

Como explica Jean Marais, en su evocadora autobiografía de tono infantil “Historias de mi vida”, cuando vivía con Jean Cocteau en el 19 de la place de la Madeleine muchas noches el mago francés deslizaba por debajo de la puerta que separaba sus habitaciones poemas.

Al despertar, Marais encontraba en el suelo una o varias hojas de colores, plegadas con formas diferentes, a veces en forma de estrellas… Imagino que nada más abrir los ojos la costumbre le llevaría a mirar aquel lugar predilecto donde los regalos se debían amontonar. Y su primera ocupación del día sería leer aquellas preciosas cartas:

GRACIAS

Pensaba: he vivido la mitad de mi vida
No tengo más ganas de vivir.

Llegaste de aquel mundo desconocido de donde salías
(de allí me llegaste)
De aquel mundo enigmático donde viven los demás
Los indiferentes y los nuestros

Salías del destino que forma su misterio
Con los secretos de la tierra

De allí llegaste a mis sentidos descontentos
Como los pólenes de la primavera

Me llegaste, Jeannot, como un polvo de árbol
Como quien encuentra un Eros de mármol

Poco a poco fui sabiendo, reconociéndote
Y comprendí que nacía

VUELTA AL MUNDO

Decir que a todos los países
Que no hemos visto juntos
Los desprecio, los odio
Salvo en lo que a ti se parecen.

Cuerpos alados, árboles de rizos de oro
Un hombro, un bosque rubio,
Sólo amo de esta vuelta al mundo
Los pálidos reflejos de mi pequeño durmiendo.

Y luego están estas cuatro líneas. Tengo que confesarles que las reescribí, en una hoja de color naranja, y que las llevo siempre conmigo, dobladas, como una especie de amuleto. Son los versos más hermosos que he leído nunca, y no por sus cualidades literarias, sino por ser VERDAD. Un momento de VERDAD congelada que llega a mis manos y a mis labios abrasándome:

La vuelta al mundo es un pobre viaje
Al lado del viaje que me lleva contigo
Cada día te adoro mejor y más
Donde tú vives es mi techo.

Gracias” es el título del primer poemilla que he trascrito. Y no es casual. No sé si recuerdan aquella fotografía en la que fui fantasma. Ya no lo siento así. Cocteau es uno de esos pocos genios que te coge de la mano y te sube con él a la escalera de Jacob. Yo soy Cocteau, y soy Marais, y soy su obra, cada una de sus obras. No puede ser de otra manera. El ángel francés lo ha querido así. Se ha abierto en canal, me ha mostrado sus vísceras, su interior de algodón y sangre, y me ha nutrido. Este tipo de vivencias los he sentido en contadas ocasiones, pocos se crucifican de este modo, con paciencia infinita, sin temor, con una sonrisa. Cocteau te pone el espejo delante y te dice: este eres tú, soy yo, déjate ser, yo te dejo verme.

Y eso no se olvida.

Quisiera llegar a eso algún día...

miércoles, noviembre 07, 2007

6 Herbie Possible Ruido ¿Quién?

6 de Noviembre

Son las siete y veinte de la tarde. Muy a menudo al escribir interrogo al reloj y me da parámetros parecidos, ¿será esta hora como un sortilegio?

Acaricio unas hojas con dibujos de farolillos chinos, muerdo los lápices, juego a recortar mi silueta y pruebo la opción de no ser. Mais n'est pas possible. Je suis…

Sono pazza… di sentirmi così.

¿Quién hay? Me ha parecido oír una voz a mi espalda. Mientras, el falso peregrino intenta comunicarse conmigo, pero estoy lejos, dominada por los caprichos de mis dedos. Io non faccio niente.

Escribo, ¿pero qué escribo? Durante unos segundos parece que se asoma alguien a la página en blanco, pero no, nadie. Así que me decanto por lo peor, que es tenderme sobre la alfombra de mantas y cerrar los ojos mientras paladeo las miríadas de sensaciones que me recorren en calambres: desde el hueso del tobillo hasta la punta de la nariz, y que me transportan en tibias mareas.

¿Vienes? Vas y vienes supongo. Yo me rodeo de animales imaginarios y de chillidos y cantos. Invocaciones. Y me dejo ser, una vez más.

¿Han oído algo?


lunes, noviembre 05, 2007

I Lunghi Capelli Della Morte (1964)

La muerte, de largos cabellos, es la presencia omnipresente de la séptima película de Antonio Margheriti como director. “I Lunghi capelli della morte” comparte año de realización con “Danza Macabra” en la que Margheriti utiliza también el expresivo blanco y negro, y ambas tienen en común la presencia turbadora de Barbara Steel.

La muerte, verdadera protagonista, aparece en los pálidos rostros de las hermanas Karnstein (apellido tomado de “Carmilla” de Le Fanu). La muerte está también en la figura de trapo, cubierta de cabellos, que arde en una pira al final de la película de forma simbólica, para acabar con la peste. La muerte está en la copa de veneno, en los amores impetuosos, violentos, y sobre todo, en los cabellos negros, verdadero leitmotiv de la historia.

I Lunghi Capelli Della Morte” es una magnífica expresión del horror gótico. Con una sugestiva ambientación medieval que evoca la imaginería de los “Trionfi della Morte” es una película paradigmática, ejemplo de cómo se desarrolló lo gótico de la novela decimonónica al cine. Existe ese interés en provocar en el espectador el sentimiento estético del terror a partir de la barbarie del alma humana. En este drama no hay personajes positivos y tanto los sádicos aristócratas como las bellas Némesis danzan por igual alrededor de la Muerte, que todo lo enreda en sus cabellos.

Para ilustrar este juego del escondite entre los pobres mortales y la Dama de Negro, el castillo se alza como presencia todopoderosa. Hay pasadizos ocultos en su interior, que llevan a las catacumbas, un laberinto en el jardín que acoge una sepultura y multitud de escaleras que conducen en trayecto circular a la locura.

Sólo el fuego purificador puede acabar con las pasiones desatadas y restaurar el orden. Por un tiempo. Hasta que la Muerte se vuelva a levantar de su tumba para ejercer su dominio.