jueves, abril 24, 2008

IA I BATISTE “Un gran día”


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Vuelvo a estar con ustedes a la antigua usanza (pero no crean que he abandonado mi faceta aerográfica) para presentarles, una vez más, una de esas exquisiteces que tanto nos gustan. Ese disco que apenas puedo escuchar sólo ya que es necesario estar bien acompañado y en un entorno ad hoc, un parquecito, por ejemplo, y que es uno de mis últimos descubrimientos.

A Ia I Batiste los recordaba por esa aparición en la película Canet Rock y su deliciosamente naïf interpretación de Chichonera’s Cat, y desde luego ya entonces me impactaron. Había oído campanas sobre este disco, y la verdad no me lo imaginaba así la primera vez que lo escuché. De una más que digna evocación de Crosby, Stills and Nash reducida a dúo me encontraba con una de las obras cumbre de la psicodelia (sí, amigos) de todos los tiempos. Ya sé que me repito, que parece que cada vez que les hablo de uno de estos discos parece que he encontrado el Santo Grial, pero esta vez tendrán que escucharlo para darme la razón: nos encontramos con un disco que es cosa seria.

Desde ese excesivamente dramático del inicio, digo esto porque la letra nos habla de Un gran día pero por lo grandiosidad de su acompañamiento musical diríase que nos está hablando del fin del mundo, la perezosa y encantadora Sifó con, claro, el sonido de un sifón al final del tema, la siguiente con ese hard rock que la verdad no te esperas, y todo lo demás: giros dramáticos, momentos drone, inglés inventado, aromas de la costa oeste y paisajes, muchos paisajes. Bosques, montañas, callejuelas de lugares raros, lechuzas y bebidas carbónicas.

Es en las letras, donde encontramos esa familiaridad: esos textos podría haberlos firmado tranquilamente la autora de este blog, o uno de ustedes. Definitivamente es lo que te acaba atrapando. Puede sonar a cursilería, pero es en estos ambientes mediterráneos donde veo la magia de este disco. Emana calidez, y también un cierto misterio. El misterio que tendrían los cuentos de Bradbury, o de Dahl, a eso me refiero.

La música también tiene lo suyo, estamos ante uno de los discos de un sonido más internacional de la época grabado en este país, sin desmerecer la producción que suene más digamos, nacional, es un disco que evoca paisajes sonoros atrevidos pero accesibles. No en vano, nos encontramos con personal que había estado en Máquina!, la legendaria agrupación progresiva.

Poco más, esperar que les guste. Pronto volveré con algo ligeramente diferente.

Fran le Kinky

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lunes, abril 21, 2008

Love Spell

Estaré un rato más aquí, escribiendo, antes de que el día acabe conmigo y me entregue. Y seré un poco más extranjera, y transigiré un poco más con los recuerdos. Y saldrán notas, y tal vez me despierte un rato.

Castañuelas, y un Eros de plástico, y otro disco que logrará arrancarme algún diente de leche. Y no otras olas, sólo estas, con palmeras falsas derritiéndose, escupiendo borbotones de pintura. La arena verde selva cayendo como polvo de oro sobre la piel maquillada. Demasiado brillo. Demasiadas coloraciones para encerrar en el pequeño ataúd.

Últimamente mi visión se reduce a esto, lo cual denota cierta ceguera. De Mirar tanto rato la fábrica de dulces.

No me importa que no me oigas. Que no sigas al guía. Que no te alimentes de carbón. Que el diablo te haya robado la risa. No. Porque tampoco me escucho con el vaso tras la puerta. Tan sólo los rugidos del Corazón de León. Y lo que me dice el insecto que salta es sensato. Me devuelve en una ojeada el convencimiento y el aprecio. Lo cual no es poco.

Bromeo con los santos encapuchados. Ellos no tienen reparos en arrancar dientes, ni en fabricar con ellos torres de catedrales deslumbrantes. Se pasan toda la noche remendando zapatos y vaciando las alacenas de mermelada. Nunca tienen bastante.

Si la suerte me favorece les haré algún regalo.


jueves, abril 17, 2008

Unas anécdotas sobre la desigual carrera en la meca del cine de Fortunio Bonanova

Posted by Xavi Sans







De Josep Lluís de la Bonanova a Fortunio Bonanova:

Nacido en el seno de una familia burguesa en el pasaje de la Bonanova de Mallorca, Josep Lluís fue un niño consentido y malcriado.

Más adelante su padre le repudiará por ser demasiado frívolo y aficionado al "lumpen" y al juego.

Ha descuidado sus estudios de "bel canto" y frecuenta los cabarets y los espectáculos de "variedades".

Contrariamente a la opinión que siempre tuvo se sí mismo, nunca fue un tenor ni un actor demasiado bueno, dejémoslo en "embaucador"; lo que sí fue un mujeriego impenitente, un Tenorio barato que quería ponerse el mundo por montera desde muy jovencito.

MADRID, A FINALES DE LOS AÑOS 20:

Tras una larga época en dique seco, haciendo cine español muy malo e intrascendente, de los estudios madrileños Chamartín le llaman para interpretar el papel principal del film "Don Juan Tenorio" de José Zorrilla, -que José Luís de la Bonanova debía conocerse de memoria-; ésta iba a ser la primera película hablada del cine español.

El mayor presupuesto de la época en una película española iba a ser invertido en su producción, pero el rodaje se "gafó" desde su inicio.

Varios millones destinados a la financiación del film desaparecieron como por arte de magia de la noche a la mañana,-se sospechó que José Luís Bonanova los había robado, tenía deudas de juego-; y tuvieron que continuar rodando con un presupuesto muy ajustado y decorados de cartón piedra, como en el teatro.

Estaban casi a mitad del rodaje cuando a una actriz del film la encontraron muerta en una pensión, se paró el rodaje, hubo una investigación, se reanudó el rodaje con otra actriz, consiguió terminarse como buenamente se pudo,- ya que el productor, Benito Perojo tuvo que costear de su propio bolsillo la fianza del principal sospechoso en el oscuro crimen-, ¿adivinan quién es?; ¡efectivamente!: El joven y mediocre Tenorino y gran mujeriego Josep Lluís de la Bonanova.

Tras el fiasco comercial del "Tenorio", Josep Lluís lanza una inconsciente promesa:

-"Me voy a Hollywood, aquí no saben hacer ni cine, a partir de ahora me llamaré FORTUNIO: por la gran fortuna que voy a hacer, y BONANOVA: porqué no soy como ésos caballas que olvidan sus orígenes en cuanto triunfan, además "Bonanova" significa: "Buena suerte" en mi tierra".

Con el dinero que le da su padre, el recién bautizado Fortunio Bonanova embarca para "el estado del oro", en el viaje no está solo, le acompañan su mujer y su cuñada.

Huye de la mala fama que se ha labrado en Madrid.

FORTUNIO BONANOVA TRABAJA PARA ORSON WELLES:

En Estados Unidos, Fortunio Bonanova pasa muchas penurias, los años pasan inciertos.

Fortunio se está haciendo pasar por tenor italiano, por amigo personal del gran Enrico Carusso, por su sucesor; hablando en una especie de "spanglish" trufado de tópicas expresiones de un italiano macarrónico, tales como: "¡Mamma mía!" o "¡píu bella signorina!".

A finales de los años 30 del Siglo XX conoce a un joven Orson Welles en nueva York, los dos embaucadores se hacen muy amigos, Fortunio es un charlatán presuntuoso que solo habla de sí mismo, mientras que Orson Welles era una especie de repelente niño prodigio cuya última hazaña consistió en engañar vilmente a toda América provocando un caos sin parangón en todas las poblaciones al anunciar una invasión marciana en un programa de radio; -América jamás le perdonó la gracia-.

En aquellos momentos, el joven y travieso genio Orson se hallaba empecinado en atacar al muy influyente William Randolph Hearst, magnate todopoderoso de la prensa sensacionalista; y mano a mano con el guionista y productor Herman Mankiewiewicz, (hermano mayor de Joseph Mankiewicz), escribió varios borradores de un libelo contra Randolph Hearst para rodarlo en la R.K.O; (germen del magnífico film "Ciudadano Kane").

Al iniciarse el rodaje, el personaje del profesor de música italiano que interpreta Fortunio Bonanova en el film tenía una aparición era muy breve y sin diálogo; Orson Welles estaba tan fascinado por la actitud ante la vida del "bon vivant" español que le escribió expresamente la escena de la clase de canto a Susan Alexander.

Como más adelante se verá, Fortunio Bonanova nunca consiguió transmitir en la pantalla el 'gancho' que tenía en la vida real.

El film resultante de todo esto fue "Ciudadano Kane", un estrepitoso fracaso en su día; (hoy en día es un film de culto, situado siempre en los primeros lugares de las listas anuales de las mejores películas de todos los tiempos).

EL PARANOICO MULTIMILLONARIO WILLIAM RANDOLPH HEARST CONTRA ORSON WELLES Y CHARLES CHAPLIN:

En éste fracaso tuvieron muchísimo que ver las grandes influencias de W. R. Hearst, que hizo todo lo posible por boicotear el film desde los inicios de su rodaje:

La temible y viperina Luella Parsons, -columnista a sueldo y comisión en los periódicos que controlaba Hearst-, lanzó una acusación pública contra Welles, acusándolo de ser comunista; (William Randolph Hearst era un paranoico que veía comunistas malísimos por todas partes).

Hearst trató también de involucrar a Orson Welles en un turbio escándalo sexual, y para ello contrató a prostitutas para que acosaran primero a Welles y le acusaran después.

Estas presiones continuaron durante toda la década hasta que los magnates de Hollywood echaron a Orson Welles de América definitivamente.

Hearst también presionó para que se expulsara a Charles Chaplin de los Estados Unidos, jamás le perdonó que hubiera tenido relaciones con su novia, la actriz Marion Davies allá por los años 20 en el transcurso de una de las babilónicas orgías que celebraba el magnate en su mansión San Simón en Florida, -bacanales que duraban tres días con sus noches-.

Motivo por el cual W. R. Hearst planeó asesinar a Charles Chaplin en el transcurso de un crucero de placer a bordo del yate del multimillonario. Hearst disparó su revolver contra Chaplin errando el disparo y matando al productor de cine William H. Ince, -un simple mandado al servicio de las grandes estrellas-, que también viajaba en el crucero.

Hearst estuvo pagando una insultante suma de dinero anual de por vida, a la viuda del tristemente malogrado financiero, con el fin de comprar su silencio.

FORTUNIO BONANOVA TRABAJA PARA BILLY WILDER:

En 1.942, otro joven genio se fijó en la prestancia y grandilocuencia de Fortunio Bonanova, se trataba de Billy Wilder, que preparaba el rodaje de su tercera película como director. "Cinco tumbas al Cairo",1.943; asignando a Fortunio Bonanova uno de los papeles que ayudarán a su encasillamiento: el de general fascista italiano, -personajes siempre ridículos, pues a los latinos en Hollywood siempre se los menospreció-.

"Cinco tumbas" es un muy buen film de suspense, la causa de que sea bastante desconocido seguramente se debe al interprete escogido para interpretar al Mariscal Erwin Rommel, elección que recayó en el antiguo director de cine mudo Erich von Stroheim, -a quien los estudios odiaban, relegándole a interpretar básicamente a viejos militares con rancios uniformes con muchas condecoraciones-; Stroheim era veneno en taquilla, otro 'marginado'.

Si no se explica como escenas tan espectaculares como la del único del film con un carro de combate lleno de soldados ingleses muertos, vagando sin rumbo por el desierto, duna arriba duna abajo; pasaran prácticamente desapercibidas en su momento.

Cuando se hace una lista de películas de Billy Wilder se olvida las "Cinco tumbas" con demasiada ligereza y frecuencia. En ella destacan la fabulosa fotografía de John F. Seitz, -que fue nominada al Óscar-, y la envolvente partitura de Miklos Rozsa.

A continuación Fortunio Bonanova interpreta un papelito intrascendente en un film de tema duro, basado en un hecho real, se trata de "Double Indemnity", 1.944, también de Billy Wider.

Su carrera en Hollywood sigue sin despegar: en ésta gran obra del cine negro es un camionero que trata de estafar a una compañía de seguros, en la breve escena es devorado sin dificultad por el gran Edward G. Robinson. Fortunio no es un buen actor; en la vida real es muy extrovertido y muy simpático, pero resulta muy soso en la pantalla.

El mismo año hace otro de sus papeles de militar fascista en la frustrada: "¿Por quién doblan las campanas?", sobre el dramón antibelicista de Hemingway, un fracaso sonoro.

Ni la química entre Gary Cooper e Ingrid Bergman logra salvar del fracaso de crítica y público éste denso melodrama colorista.

FORTUNIO BONANOVA TRABAJA PARA ROBERT ALDRICH:

En la década de los 50, un obeso y sesentón Fortunio Bonanova hace toda clase de filmes desiguales hasta que en 1.955, el director comunista Robert Aldrich le ofrece un papelito intrascendente dentro de la compleja trama en una de sus mejores obras dentro de la Serie B: "Kiss-me deadly", (Un beso mortal) ; en ésta brillante sátira de la guerra fría y del pánico nuclear que existía en aquel período, camuflada como cine negro y con una planificación que imita a la de Orson Welles, Fortunio Bonanova parece parodiar al tenor de ópera italiano venido a menos que había interpretado en "Kane".

Desgraciadamente han tenido que pasar más de cuarenta años para que muchas de estas grandes películas que estoy analizando en este artículo sean apreciadas en nuestros días en su justa medida.

FORTUNIO BONANOVA Y SU TRISTE FINAL.

Defraudado con el mundo, Fortunio Bonanova tuvo que volver a España dónde le esperaba un triste futuro en filmes malísimos.

Realmente, Fortunio hizo mucho dinero en su periodo en Hollywood, pero lo derrochó y se lo jugó todo.

En América ya nunca estuvo bien considerado desde que se descubrió que Fortunio mantenía un "affaire" ¡con su cuñada!

Su final fue soledad, misantropía y ruina en Mallorca hasta su muerte.

Una recopilación de Xavier Sans Ezquerra.

miércoles, abril 16, 2008

Los Amores de Rosalba Carriera

Cuando uno recorre los museos venecianos, tranquilamente, y sin la intención de amontonarse ante las obras con el ranking mayor de visitas por minuto, se encuentra, muy a menudo, con las obras de esta pintora italiana bastante prolífica, que al parecer dedicó la mayor parte de su obra a hacer retratos a la moda afrancesada y a introducir el arte del pastel en sus creaciones, de claro estilo rococó.

En Ca’Rezzonico tuve el placer de conocer más de cerca las pinturas de esta artista de mirada triste, de la que se dice su melancolía provenía de no haberse llegado a casar. Leí varios folletos dedicados a su figura: sus primeros pinitos ilustrando con miniaturas las cajitas de rapé, su carrera retratística, que la llevó a conocer a lo más selecto de la sociedad dieciochesca, incluso fuera de su país. Una pintora que llegó a ser aceptada como accademico di merito por la Academia de San Lucas romana, sin ser romana… Esta información es la que hallarán en las diversas páginas de Internet dedicadas a su persona, leerán que Rosalba era una excelente retratista que introdujo los trazos naturales venecianos en la miniatura y en el pastel.

Retrato de Felicita Sartori
Mujer joven con Loro

Pero yo soy curiosa, y lo cierto es que no me conformaba con quedarme con la postal de la Carriera retratista, de hecho, las pinturas que más me impresionaron en mi visita a la ciudad de los canales no fueron los retratos de la decadente nobleza europea, aunque eran muy sutiles, y como de algodón de azúcar. Fueron, en cambio, las figuras mitológicas y alegóricas femeninas de Rosalba las que me enamoraron.

Invierno

Sus diosas de pechos puntiagudos y mirada oscura, que se dirigen al espectador divertidas e incitantes. Sus ninfas y sus alegorías de las estaciones, vestidas con telas suntuosas y sugerentes. Su amor por el mundo de los detalles femeninos, que convierte un encaje en todo un juego de seducciones. Las mujeres abstractas de Rosalba Carriera son fantasías etéreas, deidades de mirada traviesa que se demoran en el momento de la desnudez de un hombro. Juntas forman una galería de caprichos y lazos tan delicados como carnales, que se exponen sin turbarse en los museos, como flores que ya nadie piensa en recoger:

Flora
La Primavera
Ninfa

martes, abril 15, 2008

Baby Doll

Puedo ver esta fotografía desde aquí siempre que escribo, en la estantería blanca que hay encima del escritorio. Mis atenciones hacia ella se han vuelto inestables, me acompaña la inclinación y la pose solicita, pero los contornos se desdibujan y nuestras miradas no se han vuelto a cruzar desde hace meses.

Sin embargo hubo una época en que su proximidad me agitaba y la Carroll Baker de “Baby Doll” se me aparecía en la habitación como el presente verdoso que se otorga a quienes creen en los espíritus producidos por los vapores etílicos.

Porque era la Carroll Baker de Babydoll, y no otra, pese a la belleza, o lo que sea que consista la estética desde la objetividad. Baby Doll era un punto de conexión con una idea que pude tener un día, con esa criatura que conocía sin saber, porque había nacido desarrollándose a partir de mis pistilos, el ser regado de pecados propios que se me escapaba entre los dedos al intentar asir una proyección valida. Esa mujer-niña hecha de carne inaccesible que en tantas ocasiones perseguí, una combinación de encajes abandonada, un churrete de saliva cicatrizado.

Este fotograma de “Baby Doll” ampliado me miraba desde la pared cuando no le prestaba atención. Ella a lo suyo, indiferente a todo menos a su santuario marchito. Mediante un túnel de estructuras romboidales nos volcábamos la una en la otra, descalzas e irascibles, buscándonos los mohines.

Y de su estancia a la mía se arrastraban legajos y cintas, y oía el cosquilleo de mi carcajada difuminado por el tañido de las campanas, por su propio espionaje.

Puedes coger sus zapatos y lanzarlos río abajo, y alcanzarle un vestido de tirantes e invitarla a un dulce. Y lo demás se tornará accesorio. Sólo retenerla, el tiempo suficiente -nunca suficiente-, empujar su astucia, agarrarle el dedo y llevártelo a la boca.

viernes, abril 11, 2008

Colonia

Me he perdido en la callejuela de tenderetes y aceras húmedas. Con la cara recién lavada en la caravana desmontable y la ilusión madrugadora de fotografiar ranas. En Morocco.
Más tarde he recordado el terciopelo y los ojos móviles de los caballitos de cartón, y el peculiar trino de sus aleteos al revolotear sobre las flores. Han escondido el huevo de Pascua entre sobresaltos y paletadas en el cementerio. Para quienes no quieren ver.
Y el rayo cae oblicuo sobre los tejados invertidos, y hace cantar a las aguas saltarinas de la fuentecilla del claustro. La inquietud zarandea los zarzales, y se aparecen sonrisas y sombras insanas entre las espinas.
El rosa es el color del diablo. Y lo coloca primoroso en los sangrados de las azaleas y en rubores falsos de candilejas, en los decorados de papel cárnico y en las felices fábulas infantiles. En cambio el negro se aposenta en juveniles sotanas y en las alas más vistosas, de pestañas liliáceas, penitente y orgulloso, como un florete alzado.
Saludo a Mercurio desde mi refugio, y me presta sus dones alados para sobrevolar los pozos cenicientos, tras la locura del fucsia y el amarillo.

jueves, abril 10, 2008

La Visione del Sabba (1988)

Si les comento que esta producción italiana de Marco Bellocchio es de 1988 enseguida presumirán que posee muchas de las virtudes y defectos que el final de esta década acarrea y no andarán muy lejos de la verdad. No van a encontrar en esta cinta elegancia formal y mesura, pero sí excesos visuales, y en este caso, un exceso bastante atractivo.

La Visione del Sabba” consiste básicamente en lo que el título indica: en visiones, en romper la frágil línea que separa lo real de lo que no lo es. Se trata de escoger, de perseguir, y para ello Bellocchio se sirve de la metáfora de posesión diabólica de una mujer, por un lado, y por otro, de una exaltación de los placeres paganos.

Quien padece este cruce de caminos es David (Daniel Ezralow) un recién licenciado psiquiatra que al conocer a Magdalena (Béatrice Dalle, sí, la de “Betty Blue”) comienza a experimentar una serie de delirios visuales que tienen en común la presencia de la bella muchacha: Magdalena acosada en un proceso judicial medieval de brujería, torturada, asistiendo junto a otras jóvenes a un Sabbath… David decide entrar en su mundo y participar de los placeres culpables que le alejan de su trabajo y su pareja.

Como la película apunta en varias ocasiones, hay un paralelismo entre la brujería y la seducción amorosa, siendo frecuentes las alusiones a la caza e intercambiándose continuamente los papeles entre víctima y verdugo. En un principio la historia se desarrolla entorno al misterio de una mujer hermosísima que ha sido acusada de asesinato y está encerrada en un centro psiquiátrico porque afirma ser una bruja del siglo XVII que lleva esperando varios siglos al hombre capaz de desvirgarla.

Ese es el punto de partida para adentrarnos en el enigma de Magdalena, hasta que entendemos que es un súcubo que quiere devorarnos y redimirnos. Una tentación a la muerte y a la carne, indistintamente. Una mujer que no sangra, ni derrama lágrimas, pero que vibra de pasión. La mujer como medio de conocimiento en el que perderse…



jueves, abril 03, 2008

Aurita y Lost Driver expertos en... Artes Marciales

Fran le Kinky anda rebuscando en su colección de rarezas sonoras nuevos bichejos albinos que extraer de su chistera – él diría boina-. Mientras tanto, ocupa sus mañanitas garabateando la libreta y acordándose de los otros jinetes que cabalgan tras la alargada sombra de la noche, en el desierto de crines rosas.

Aunque no aparezco lo suficientemente sexy y Lost Driver es un puro tópico hagan clic en la imagen para ampliar. Sí, un puñado de chistes privados.

Aurita y Lost Driver
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miércoles, abril 02, 2008

A VEINTE MIL LEGUAS

Disculpen si no me muevo, si me adormezco más de lo normal o si paso las horas espantando pesadillas ajenas. El mundo está demasiado lejos. Incluso cuando me interno en sus callejuelas de cartón-piedra me doy cuenta que se trata de un escenario y que alguien intenta engañarme susurrándome al oído que la vida, mi vida, está ahí fuera.

Pero no quiero traducir mi misantropía. Tampoco se trata de hablar sobre mí, aunque no tenga otra cosa de que hablar. En mi particular feria de espejismos recibo destellos desde lo alto, guiños en los reflejos dorados de los brotes verdes, susurros de hojas muertas, malditas, que ríen sin venir a cuento. Desórdenes. Impurezas. La terrible mordedura de Orfeo en las sábanas.

He abandonado mis saludables costumbres, hijas del ocio y de una tendencia innata a la laxitud. Ahora obedezco a los relojes y a los vaivenes de la gran ciudad. Las luces de “Amanecer” me ciegan, sobreimprimiéndose en los tonos falsos de la ropa teñida. De la amabilidad automatizada. De la inmovilidad. Es el demonio quien creo que mantiene a sus hordas estáticas y tensas, subyugadas por los ritmos monótonos de los tambores.

He pensado mucho en este mi pequeño espacio, y en algunos de ustedes, con la calma que requiere cada acto realizado con cierta intención. E invoco esa calma para procurar mostrar lo propio sin pretensiones, ni propósitos. Tan sólo revelar lo que tengo cerca, las fosforescencias que se avistan desde aquí y cazar momentos de quienes me envuelven con su bendita magia.

Desde las profundidades marinas, aprovecho para mandarles una señal en forma de estrella.