jueves, febrero 19, 2009

Cavalheiros Do Rei Arthur


Jorge Ben Jor - Cavalheiros Do Rei Arthur - 1985


miércoles, febrero 18, 2009

My Own ABC Record (1972)


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Lost Driver

En 1965, el prestigioso sello EMI tuvo la sabia iniciativa de publicar álbumes a precios más populares que la mayoría de lanzamientos de su amplio catálogo. Music For Pleasure fue el evocador nombre con el que se bautizó a esta filial, en la que se editaron tanto grabaciones originales como reediciones de elepés ya existentes. Asimismo, haciendo patente la voluntad de dotar de un carácter funcional a la música escogida -¿una inspiración para Brian Eno y su serie “Ambient”?- la mayoría de discos consistían en compilaciones de música popular y clásica, presentados como eso, recopilatorios pensados como una suerte de ‘grandes éxitos’ de cantantes, bandas o compositores diversos, más que ofrecer material anteriormente inédito.

De esta manera, en el subsello tuvieron cabida algunas obras realizadas expresamente para todos los públicos. Música placentera para ser disfrutada por melómanos en general, abuelos, papás y niños. Y fueron sobretodo estos últimos a los que se dirigían títulos como este “My Own ABC Record”de 1972, acreditado a Ernest y Rosemary Burden, junto a partituras originales a cargo de un tal Victor Graham.

Su bella portada nos invita a entrar en un mundo de fantasía, en el que cada canción –sumando un total de 26 temas- se identifica con una palabra, y tiene como protagonistas a animales, profesiones, objetos o medios de transporte que empiezan por cada una de las letras del alfabeto inglés. Se trata de un juguete sonoro más que de un disco al uso, llegando en algunos casos a ser interactivo con el oyente, con una bonita colección de episodios musicados en los que se nos describen momentos de la vida diaria, bajo la que subyace una función educativa.

Prestando atención a las palabras seleccionadas, podemos constatar el hecho –como me hizo notar mi estimada Aura- que estamos frente a un disco destinado más bien a infantes de posición acomodada o de clase media-alta, pues títulos como ‘Y de Yate’ o “V for Vacuum-cleaner” –es decir, aspiradora- reflejan un determinado status social. Al margen de esta reflexión personal, cabe destacar la rica imaginación empleada en lo que a orquestación y melodías se refiere. Hay momentos realmente enternecedores, y otros que resultan ciertamente mesméricos.

Y es que este tipo de obras, disfrutadas por un adulto, pueden resultar auténticas experiencias irrepetibles. Su escucha nos incita a viajar a nuestra propia infancia, y de buen seguro, en el caso de muchos niños anglosajones ya creciditos que pudieran disfrutarlo en su momento, reencontrarse con este álbum puede abrir las puertas a un aluvión de sensaciones y recuerdos. En definitiva, el poder que encierran muchas otras manifestaciones artísticas ante cuyo disfrute nos convertimos en exploradores de nosotros mismos.


Entren...

Lost Driver

lunes, febrero 16, 2009

¿Hay Música en los Sueños?


Descubro la timidez que aún puede serme arrancada. Un vestigio de un no sé qué desconocido que me pone en contacto con esa parte de mí que ignoro. La misma inexactitud e instinto que hace resucitar a los personajes cinematográficos en las escaleras.

El pudor me desconcierta y tranquiliza al mismo tiempo, y me retiene el tiempo justo en el exterior. Ese lugar imaginario en el que no sé como pervivo.

Las horas nocturnas en vigilia me llevan a experimentar "sueños despiertos", actividades dirigidas a controlar mis delirios, pero sólo a medias lo consigo. Sé que anteayer me encontré sobrecogida sumergiéndome en los mecanismos del sueño contemplando unos pájaros. Y no eran los pájaros, ni los sonidos que emitían, ni la pesadez estudiada con que movían las alas. Fue un reflejo en la luz fluorescente sobre las baldosas azules, o un agujero cubierto de humedades no catalogadas. Un momento de indecisión y de nublada incertidumbre que los rubores después borraron.

No tomo asiento entre las criaturas míticas, ni siquiera entre los espectadores que se creen verdugos, ni estoy en el celuloide ni con la cerámica azul. Me escapo de mi función, y por tanto, la sensación se hace dueña, y el acto se disuelve.

martes, febrero 10, 2009

El Circo del Dr. Lao

¡Oh, la Fantasía! ¿Podemos acaso compartirla? ¿Se conocerán algún día entre ellos los seres nacidos de padres desconocidos, de países tan remotos? En parte es posible, gracias a las mitologías, a esos catálogos de ciudades soñadas y criaturas dotadas de poderes inauditos. Pero eso, es sólo el inicio. Trasponer simbologías y lograr que los nuevos héroes hereden los valores de sus antepasados culturales es sólo un alto en el camino. El resto de la vereda nos queda libre para experimentar e inquirir.

La penetración, es otra cosa. El verdadero descubrimiento. El descorrer del telón ficticio que nos vendaba los ojos.

La irrupción de lo numinoso en lo cotidiano no debe quedarse en un mero disfraz. Tal vez por este motivo no pueda compartir muchas fantasías. No capte el tono exacto de otras voces. El sentido se me representa claro y diáfano, pero me pierde la intensidad, la mía, por supuesto. Los mensajes pintados sobrevuelan en los disfraces que citaba hace un momento, pero apenas me tocan. Resta aquello que otorga a los mitos su carácter eterno: el éxtasis. La catarsis.

Tampoco me subleva la crítica, siendo como es una medicina engañosa, un sustituto de una embriaguez a la que no suplanta. Digamos que no puedo acomodarme a una negación sin lograr la sensación. Me resulta extremadamente pobre. Tal vez un consuelo para quienes se atreven a introducir un pie en el agua helada y así después poder contarlo. Expresar, relatar, no es honesto si uno no se deja la piel y los dientes en las letras…

¿Cómo puede un autor denunciar la supuesta ignorancia de un Abalone, o una población cualquiera sin contar con la suya propia? ¿De dónde procede la sonrisa? Describir la silueta de una sirena como si nunca hubiera sido un híbrido de un ave, ignorar aquella entidad que la asocia al presagio de una muerte funesta, no es sólo un descuido. Es más que eso. Se convierte en una semilla que en su crecimiento borra parte de la memoria de nuestros muertos.

Y lo peor es que el terror desfallece. No nos asustan. No hay catarsis…

Y se preguntarán por qué les hablo de todo esto… Bueno, yo sé porqué lo digo.


miércoles, febrero 04, 2009

lunes, febrero 02, 2009

La Leyenda de San Dunstan y el Diablo


“And it is for trouth reported, that where this signe dothe appere, there the Evill Spirite entreth not”


El signo a qué se refiere la cita recogida por George Cruikshank y relativo a un sermón contra la brujería, se trata, cómo muestra la ilustración, de la herradura. De su uso como amuleto contra el Diablo y allegados, trata la historia del sagaz santo Dunstan, quien probó con creces su ingenio enfrentándose en varias ocasiones a las intrigas del maligno.

Del avispado abad, que llegó a ser arzobispo de Canterbury, se cuenta que pasaba sus días en una estrecha celda en la que estudiaba, trabajaba y tocaba el arpa. Y dícese de estas habilidades que logró conseguir gran fama como músico, miniaturista y herrero (por esta última de sus cualidades se le conoce como patrón de los orfebres, celebrándose su festividad el 19 de mayo).

Según la leyenda vinculada al santo, fue en la minúscula celda y en el ejercicio de sus dotes artísticas con el arpa, cuando por primera vez se le apareció el Diablo, quien es amigo de tentar a los santos y devotos en sus momentos de relax y abandono. Pero en esta ocasión, se alejó sin provocar mayor incidente.

No ocurrió del mismo modo en la segunda ocasión en que se acercó el Príncipe Oscuro, en la que se atrevió a tentar al tenaz santo en mitad de sus tareas como herrador. San Dunstan dejó que el Diablo se le aproximase lo suficiente como para agarrarle por la nariz con las tenazas ardiendo.



Y no contento con comprobar que el religioso se las traía, acudió en una tercera ocasión, disfrazado y acompañado de un caballo para confundirle. Pero el terrible Dunstan, distinguiendo la astucia, terminó por herrar al Diablo en lugar de al caballo, provocándole tal dolor, que se dice que desde entonces y bajo promesa, no puede presentarse en casa alguna que ostente el signo elegido.



“Then do not fail, great architect

Assembled wisdom to protect

From Satan's visitation

With horse-shoe fortify each gate

Each lion's paw; and then the State

Is safe from ruination”